miércoles, 24 de noviembre de 2010

1. Principios de simplicidad

Teniendo en cuenta el libro de Jonh Maeda, “Leyes de la simplicidad”, se pretende llegar a la manera de sencillez para entender y manejar los interficios que se quieren plantear.


Para lograr el debido entendimiento hacia las interfaces, nos referimos a las 10 leyes de la simplicidad y se aplicaran al diseño y comprensión de los interficios para lograr la adecuada funcionalidad y la usabilidad.


Estos principios son:

1. Reducir.

2. Organizar.

3. Tiempo

4. Aprendizaje

5. Diferencias

6. Contexto

7. Emoción

8. Confianza

9. Fallas

10. Sustraer lo obvio.

1. Reducir: La idea con esto es reducir la funcionalidad, es decir, que el sistema funcione con el mínimo número de acciones posibles, entre más funciones tenga se empieza a complicar el entendimiento de la interacción. Esto se logra al reducir el número de botones o que un solo botón tenga varias funciones de manera comprensible, si la forma de accionar el dispositivo tiene muchas salidas, no se va hacer comprensible para la persona.

Se espera con esto que las personas no den muchas vueltas con más comandos si no que todo este a primer vista.

Cuando nos encontramos con algo pequeño que supera nuestras expectativas no podemos dejar de sorprendernos y pensar como algo tan sencillo puede lograr todo eso, esto se debe a que la simplicidad tiene que ver con lo inesperado que se deriva de lo que nos gusta y no estamos esperando encontrar.

2. Organizar: La organización hace que un sistema complejo y de gran tamaño parezca sencillo y más pequeño.

Si se ha realizado una división de categorías o subgrupos para jerarquizar alguna información, estos grupos deben ser más pequeños que el número de temas que se organizó. Porque al trabajar con menos objetos, conceptos y funciones, al igual que con menos botones para presionar, se le dispone a la persona un sistema entendible y simple de selección al momento de enfrentarse contra muchas opciones.

En el momento de jerarquizar y organizar los elementos de la interface y la información que esta la compone se tiene en cuenta cuatro pasos que son la de organizar por clase la información, dividir por niveles, integrar lo más que se puedan los diferentes grupos que van surgiendo y por ultimo dividirlos en los que son más importantes con los que no son tan prioritarios.

Según Maeda esto no puede ser comprobado científicamente pero es un proceso adecuado de para darle prioridad a los elementos que deben ser organizados. Se advierte que la utilización de muchos grupos no es adecuada y que siempre es mejor cuando todo está en un solo elemento, y esto es favorecido ya que las personas tienen la capacidad de ubicar lo que a simple vista no está pero que ellos saben debería está ahí.

Muchas otras formas de organizar también pueden servir como lo son los mapas mentales, las lluvias de ideas y árboles de temas.

3. El tiempo: Entre menos tiempo se utilice para hacer un proceso, más sencillo nos parece.

Entre más sencillo y eficiente sea un proceso menos tiempo gastara la persona, esto se puede lograr si hay pocos intermediarios entra la información y la persona, es decir, se espera que la interacción entre los elementos de un diseño sea muy poca y todo se dé rápidamente.

La rapidez es muy buscada por las personas, que buscan eficiencia y no perder su tiempo esperando entender un producto o proceso para obtener un resultado.

Debido a todas las tecnologías que van apareciendo y los sistemas que se manejan actualmente, no se ha podido resolver del todo la cuestión de esperar, y este tiempo se da en muchas actividades de la vida, es por eso que el diseño debe hacer esta espera algo placentera o funcional, aprovechar este tiempo y darle un servicio a la persona que lo utiliza, para que no sienta que su tiempo no vale.

4. Aprender: Si hay conocimiento, todo se hace más fácil.

Todo depende de cómo repetimos procesos e ideas que se van aprendiendo y las personas mejoran en su utilización a través de la experiencia. Al crear un producto debemos ser sensibles con la persona que lo va a utilizar y hacer un aprendizaje rápido y motivante para futuros usos y que obtenga lo que quiere y buscaba con ansias.

Si un producto no es entendido, este no será usado y se quedará en el olvido, sin trascender en la cultura del uso.

Para lograr este conocimiento del producto diseñado se debe tener en cuenta los elementos más básicos que se puedan utilizar y ubicarlos al principio de la experiencias con las persona. La repetición de procesos e ideas van ayudando a familiarizar a la persona con lo que está utilizando. Al momento de elegir los elementos que van en el producto o diseño, hay que elegir con calma y tratar de no tomar decisiones desesperadas que nos involucre elementos poco funcionales.

Otro factor importante para que las personas comprendan el producto es la utilización de ejemplos y mostrar las capacidades del producto sin atajos y lo más claramente posible.

Sin embargo, se debe enfatizar en la repetición, la práctica y la experiencia de la persona con el producto son fundamentales para generar una cultura de utilización y ayuda a traspasar el conocimiento de una persona a otra.

5. Diferencias: La simplicidad y la complejidad se necesitan.

La idea es aprovechar el contraste que existe entre estos dos elementos.

Algo más simple sobresale sobre estructuras complejas, dando paso a la elección y jerarquía de lo que se pretende comunicar o mostrar. Alternar entre lo simple y lo complejo nos brinda más posibilidades de organización y le da más valor a lo simple que dará una mejor lectura o comprensión y así mejora la elección. Nos podríamos valer de lo simple para ordenar categorías, y como elemento más complejo la organización del contenido, pero aclarándole a la persona que si desea buscar algo puntual, lo puede lograr con facilidad donde se organiza con simplicidad, mejorando la experiencia en tiempo y entendimiento.

6. Contexto: Lo que hay en la periferia de la simplicidad no es periférico.

Si no tenemos en cuenta el lugar y el tipo de personas que van a utilizar nuestro producto es posible cometer errores que debiliten la funcionalidad de lo que se diseñó. Para lograr la simplicidad debemos ser íntimos de las personas que lo van a utilizar, saber que es complejo y que es simple. La idea de esto es no concentrarnos de lleno en la invención del producto, si no en el tipo de persona que lo va a utilizar, para que el producto se adapte a la persona y no al contrario. Nuestra concentración no debe estar centrada solo en el producto, hay que abarcar un todo alrededor de este para no fallar en su usabilidad.

Hay que estar atentos de lo que no podamos tener en cuenta en el proceso de diseño. Algo que nos parezca importante en ese momento podría no tener relevancia y opacar el resto de elementos que le rodean, dándonos un mal direccionamiento de lo que realmente pueda ser una solución.

7. Emoción: Más emoción es mejor que menos.

Es probable que la emoción sea lo que más espera la gente, sentir que valió la pena por algo la experiencia con el producto. Esto da la satisfacción y comprueba que fue una buena elección. Esto podría contrariar un poco lo que venimos hablando de simplicidad, pero en este caso es mejor que la emoción este en un nivel alto. Esto es debido a lo humano de todos nosotros, cuando queremos personalizar nuestras posesiones y darle un valor de identidad a lo que nos gusta. Siempre estamos tratando de disfrutar lo que hacemos, si no es así, perdemos la atención y lo dejamos a un lado.

El reto es mantener el nivel emocional, mezclándolo con un enfoque más simple y directo.

8. Confianza: Confiamos en la simplicidad.

La simplicidad brinda eficacia y ahorro de esfuerzo. De ella esperamos un fácil entendimiento y ningún proceso que nos haga la vida difícil, por eso reconocemos en la simplicidad algo valioso para proceder confiadamente. Gracias a la simplicidad nuestras vidas están corriendo al máximo y podemos manejar infinidad de interfaces visuales a nuestro alrededor, porque la gente entendiendo fácilmente lo que estas quieren lograr, asumiendo su uso.

9. Fracaso: Algunas cosas no se pueden simplificar.

Hay explicaciones que no se pueden dar de manera simple, hay ideas que toman nuevos rumbos, regresan y se mezclan con otras ideas para ser entendido, al tomarlas con sencillez podríamos caer en la mediocridad y dejar ideas al aire. Pero las personas no gustan de las cosas complejas y caer en detalles, prefieren ante todo la simplicidad, es por eso que esta debe intentarse en todo momento. Es importante tratar las personas como seres inteligente y no subestimar su entendimiento, confiar que de manera sencilla se puede hacer entender algo complejo o difícil.

Es importante aprender de los errores que se puedan cometer, algunas personas sacan lo mejor de sí después de conocer que error cometió, esto es muy aplicable en el diseño y puede ser una herramienta importante si la sabemos utilizar. Un enfoque diferente nos brindara posibilidades de enfrentar con nuevos ojos el desarrollo de un diseño. El experimento fallido de un diseño en la simplicidad puede ser un éxito en otro intento creando un buen tipo de complejidad, o a la inversa.

Para tener en cuenta que detrás de una gran estructura compleja puede encontrarse tras de sí un gran cantidad de elementos simples que unidos forman algo mas grande e importante, muchas de las ideas más interesantes se forman de esta forma, vienen de lo básico y crean una idea más global y compleja pero que dependen de una estructura simple y fácil de entender.

10. La clave: La simplicidad consiste en eliminar lo obvio y añadir lo relevante.

Es la falla que más se nota en los diseñadores. Cuando agregan viñetas que no dicen nada, ponen colores por adorno, utilizan formas para fondos sin sentido. Esto hace perder la atención de lo verdaderamente importante.

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